¡CONTROLEMOS LA LENGUA!

Por ÁLVARO RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ

www.ejeinforma.com

…Incluso, las Redes. 

Esto lo escribo por la avalancha de información judicial que dejó un sinsabor en Risaralda.

Desde el escenario del Viaducto como eje aritmético hasta un cruel episodio acaecido en Dosquebradas y otros tantos más que brotaron en diferentes medios.

De manera respetuosa y como un método de auto regulación por hechos de suicidios, homicidios, violencia, indicadores de muerte  que “tiene un aspecto privado y otro social”, me permito sugerir, controlemos la lengua y las Redes.

No es dejar de publicar o ocultar, sino cómo lo estamos haciendo. No llenemos de sangre y dolor la situación de las personas, el núcleo afectado por ligereza informativa.

Pero algo grave está  pasando con noticias espejo, que transgreden principios éticos y que estamos, recomiendo, – insisto de manera respetuosa – revisar los alcances de las noticias y la “glorificación de la muerte”.

El impacto nocivo con el tratamiento mediático que estamos dando a los hechos y que pueden inducir a conductas suicidas. 

A aumentarlas, con comentarios y detalles que implican narrativas  que van contra el derecho a la intimidad.

Hacer un pacto por la vida misma desde los Medios.

El periodismo, los periodistas, mucho podemos hacer en esta pandemia pública -vaya término cruel – que arrastra como detonante, el comportamiento suicida.

Pensemos lo que se va a informar y cómo se va a informar. Frenemos el exceso mediático de sangre.

Primer requisito:  pensar en nuestras familias. Sobre alertas tempranas que se puedan divulgar como aporte para paliar crisis. Precisar señales de riesgo.

Dónde ir, no  crear estigmas, buscar voces de especialistas,  líneas amigas, medios de salud responsables de la localidad, cuidar los detalles mínimos que agrandan el episodio en lo privado y social.

O, bien como lo señala el Ministerio de Salud: restricción del acceso a los medios más frecuentemente utilizados para el suicidio (por ejemplo, plaguicidas, armas de fuego y ciertos medicamentos) o incluso, no hacer énfasis en la edad de las personas .

Es mucha la labor que podemos enfrentar para mejorar y dar cimientos a un periodismo informado, educativo y formado. 

Revisar con responsabilidad, insisto, hasta dónde el hecho se vuelve sensacionalista y supera límites de lo mediático. No podemos agravar y colocar nuevos detonantes a lo que  vivimos. Parar y reflexionar, es responsable

Por el momento, bueno ¡es controlar la lengua y las Redes! 

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