Por ÁLVARO RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ
Bien hacen los parlamentarios del Partido Alianza Verde, Carolina Giraldo – Alejandro García y del partido liberal, Aníbal Hoyos, entregar balance de la gestión.
Es al ciudadano la respuesta al voto en el que depositaron su confianza. Solo a él, como esencia viva de una democracia que aún respira y se ve tatuada de escoriaciones.
García – Giraldo, con propuestas, proyectos de Ley de su autoría, control político y hurgando el intestino de lo que se pudre. De manera directa, ante el ciudadano y medios.
Hoyos, lo entregó a los periodistas en donde mes a mes, ha mostrado el poder ejercido desde el Congreso. Talante de empresario y cafetero que responde con resultados prácticos.
Creemos que es una forma de medir la actuación en el Congreso, en lo que llaman democracia representativa y participativa.
Sería bueno conocer el quehacer de los otros ciudadanos elegidos con votos del Risaralda, desde el Senado y Cámara, para que, muestren sus logros.
Mal le queda a nuestros senadores, desentenderse de lo actuado. Es más, un silencio que no favorece el mérito para buscar una reelección.
Tampoco, mirar el brillo opacado de quienes con votos de ciudadanos nuestros, ven su suerte esquilmada por su dudoso proceder en fortalecer prestigios con apuestas al detal de la región.
Votos de la compra – venta de la pira electorera, sin compromiso alguno fuera de la desfachatez en su politiquero actuar.
Seguros que se volverán a pasear como cualquier rin rin impostor de la política. Vendrán sus narrativas fallidas y volverá el oro a anteponer jornadas de decencia para crearle – como trampas – un sistema circulatorio obstruido al cuerpo político nacional.
Bien por el trío Hoyo – Giraldo y García, por tener ese vínculo de contar al ciudadano, a modo de informe de gestión, lo actuado.
El voto es respuesta a una confianza y no una valla o pantomima de la estafa en que han caído para negar resultados.
Llegará, el día en que el voto tenga menos ataduras y sea ejercido por un conductor digno y ejemplar cuyo talante, sea servicio puro y no corrupción legitimada por su turbio proceder.
Por eso, volvemos a creer, en que nos deben una explicación, quienes desde sus proscenios, callan como parlantes apagados de la tragedia.
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