
Por ÁLVARO RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ
Está sumido en su peor crisis en Risaralda, este
Vieejo – Nuevo Liberalismo.
El Nuevo Liberalismo en Risaralda es un caso único. Fracasado, en esta porción territorial.
Pasó de 48 mil votos, tener 4 concejales, dos alcaldías, a ser un partido oscuro, por aquello que “desapareció del radar”.
Se perdió el esfuerzo que se hacia desde los municipios hacia la capital. Hoy está borrado. De lista nadie habla ni para acuerdos extraños.
No hay gestión alguna. Partido de la vieja directiva no aparece. Ni el concejal de Santa Rosda, fernando Chica, que prometía ser un dirigente de altas campanillas.
Pasó de un trabajo robusto y serio a hazmerreir en las elecciones venideras al Congreso.
Fue tomado por Jaime Gutiérrez Ospina, un ex concejal – comunal que entró como en los bolos: haciendo moñona pero dejando caídos los pines. ¡Al partido mismo! Vamos a ver donde “mete la cuchara”.
Hoy no suena ni truena, este dirigente comunal que se pasea por el departamento y aparece y desaparece como por arte de magia o por cuanto directorio político le “da papaya”.
Es conocido por su “trayectoria” en Dosquebradas.
Parece que no tiene dolientes. Está embolatado. Es un partido invisible después de “tener credibilidad y construir una fuerza”. ¡Está en rines! O lo que es peor, ni suena ni truena
